Jornadas de Investigación "Flexibilización laboral, teletrabajo y trabajo remoto"

Durante las últimas décadas, la introducción de nuevas tecnologías ha impactado notablemente la dinámica, estructuras y producción de las empresas, mientras que para las instituciones públicas esto ha significado la posibilidad de operar con mayor eficiencia, productividad, transparencia y cercanía hacia la ciudadanía. Estas transformaciones han sido adoptadas como una estrategia de adaptación a un entorno cambiante y de mayor incertidumbre en el que la información se ha convertido en un activo clave, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) están permeando todas las áreas del conocimiento y han surgido nuevos espacios de interacción gracias a las redes sociales (Arias, 2005). Estos cambios han impactado el mundo del trabajo, ocasionando modificaciones en los procesos internos y propiciando nuevos modelos de gerencia en los que se han generado ajustes (regulatorios, administrativos, financieros y culturales) de toda índole, en aras de que se mantenga la estabilidad organizacional, la competitividad y la productividad; y como parte de estos ajustes se han promovido esquemas de flexibilización laboral.

 

La flexibilización laboral ha implicado una reestructuración del trabajo que ha modificado los “sistemas de formación, la organización y la jerarquía de las calificaciones” (Arias, 2005, p.258), transformando las habilidades, la cultura organizacional y las expectativas de empleadores y personas trabajadoras. El rediseño destinado a fortalecer la capacidad de adaptación de las organizaciones al entorno, ha ocurrido con más rapidez de la que las personas tienen para ambientarse a estas situaciones (Organización Internacional del Trabajo, ⦍OIT⦎, 2011) y también ha posibilitado el surgimiento de nuevas formas de organizar e imaginar el trabajo.

 

Las ventajas de la flexibilización laboral para promover mayor competencia, eficiencia y empleo, han provocado que cada vez más, se incremente la cantidad de empresas que están migrando hacia el teletrabajo y otras formas de trabajo remoto (por ejemplo, con los nómadas digitales). De estas modalidades, quizás la más conocida sea el teletrabajo, por la creciente popularidad que este tipo de trabajo adquirió desde 1980 cuando se empezó a emplear en los Estados Unidos con el fin de evitar el desplazamiento de las personas hacia sus centros de trabajo para mejorar el tránsito por las ciudades y la situación del medio ambiente (Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, [MTSS], 2020).

 

Aunque inicialmente, esta modalidad laboral era facilitada principalmente por las computadoras, hoy los teléfonos inteligentes y los avances tecnológicos como la nube, hacen que el centro de trabajo esté continuamente con las personas (Ripani, 2020). A pesar de esto, hasta antes de la pandemia la implantación del teletrabajo y otras formas de trabajo remoto era más lenta de lo previsto (Gascueña, 2020). De hecho, previo a la pandemia del Covid-19 la cantidad de personas que realizaban teletrabajo en la Unión Europea (UE) era relativamente minoritaria dependiendo del país; en los Estados Unidos equivalía al 20% de la fuerza laboral y en países como Japón era de apenas el 16%.

 

Al llegar la pandemia se impulsó un cambio en el lugar y condiciones en que se realiza el trabajo (Gascueña, 2020) debido al incremento de contagios en todo el mundo. En esta coyuntura los Estados recomendaron a las instituciones y organizaciones, implementar el teletrabajo como una medida sanitaria para evitar más infecciones, por lo que no es de extrañar que durante el 2020 el teletrabajo aumentara un 324% en todo el mundo (CGR, 2020). Ello supuso un tránsito forzado en el que hubo poca preparación para empleadores y personas trabajadoras (OIT, 2020) y que no todas pudieron realizar la transición.

 

Todo esto muestra que la transición del trabajo presencial al teletrabajo rompió “barreras culturales y tecnológicas que habían impedido en el pasado el teletrabajo, creando un cambio estructural con respecto al lugar en el que se desarrolla el trabajo” (Lund, Madgavkar, Manyika & Smit, 2022, párr.3). Por ello, es muy probable que el teletrabajo continúe una vez que pase la pandemia, y que se adopten modelos híbridos de teletrabajo, sobre todo en las ocupaciones con alto nivel educativo y salarios medio-altos. No obstante, la permanencia del teletrabajo en nuestras sociedades no está exento de retos, ya que instaurarlo como una práctica usual en las organizaciones públicas y privadas no deja de ser una tarea difícil, especialmente si se consideran los desafíos que implica a nivel logístico, regulatorio, organizativo, de infraestructuras digitales y de gestión de capital humano a distancia. 

 

Además, de los retos en la salud mental, el manejo del tiempo y las cargas familiares de los segmentos de la fuerza laboral que no estaban acostumbrados al teletrabajo, entre otros. Adicionalmente, debe considerarse que el teletrabajo parece afectar a las mujeres de forma diferencial a los hombres, lo que ha quedado evidenciado en la coyuntura de la pandemia, cuando las mujeres han tenido que dividirse entre sus obligaciones laborales, el trabajo doméstico, la educación en el hogar y el cuidado de personas adultas mayores o de sus hijos/as (De la Torre & Villamizar, 2020). Por lo tanto, considerando la trascendencia que el teletrabajo ha tenido durante la pandemia, así como la posibilidad de que este se incremente en los próximos años y de los retos que dicha implementación supone, se propone que las Jornadas de Análisis e Investigación 2022 que realiza el Programa Sociedad de la Información y el Conocimiento (Prosic) sean dedicadas a la reflexión sobre el teletrabajo y el trabajo remoto. 

 

De ese modo las Jornadas de Investigación pretenden estimular un espacio de discusión crítica en torno al impacto que ha tenido la flexibilización laboral en los mercados laborales al propiciar la aparición de nuevas modalidades laborales como el teletrabajo y otras formas de trabajo remoto.

 

Participantes

  • Concepción Olavarrieta, Vicepresidenta del Proyecto Milenio
  • Mery Laura Perdomo Ospina, Coordinadora Regional para América Latina y el Caribe de la Red Internacional de Abogados para la Defensa del Derecho Laboral-ILAW
  • Joshua Sibaja, Cisco Costa Rica
  • Priscilla Rivera, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS)
  • Erick Briones Briones, Ministerio de Seguridad y Trabajo Social
  • Luis Vargas Montero, Investigador del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE)
  • Carla Sánchez, Asociada Senior, BLP Legal
  • Eugenia Gamboa, PsicoempresarialCR
  • Adriana Oviedo Vega, Programa de Teletrabajo y Transformación Digital de la Universidad Estatal a Distancia (UNED)
  • Jorge Llubere Azofeifa, asesor del Centro Internacional para el Desarrollo del Teletrabajo- CIDTT y Presidente de la Academia Internacional de Transformación del Trabajo para América Latina ITA-LAC
  • Rony Mauricio Rodríguez Barquero, Docente, profesor de Administración de Empresas e integrante del Consejo Institucional del TEC
  • Juan Manuel Ottaviano. Abogado laboralista. Investigador Centro de Estudios sobre el Trabajo y el Desarrollo (CETyD) - Universidad de San Martín. Miembro de ILAW.
  • Milena Gómez, docente de la Universidad Técnica Nacional (UTN)
  • Herlaynne Segura Jiménez, Docente investigadora de la Universidad de Antioquia y la Universidad Pontificia Bolivariana
  • Edwin Estrada Hernández, Director de Desarrollo para Centroamérica de NAE y miembro de la Junta Directiva de CAMTIC
  • María Alejandra López Yglesias, Directora General de Zepol
  • Katalina Alfaro Miranda, Coordinadora del Programa de Teletrabajo de la Universidad de Costa Rica
  • César Sánchez Badilla, Asesor Jurídico de la Universidad Nacional (UNA)
  • Fernando García Granara, Especialista en Legislación Laboral y Diálogo Social de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
Jornada tel 1